miércoles, 20 de agosto de 2008

Cronica de un Caminante del tiempo (Segunda Parte)

Corría el año de 1840, no se como llegue a Inglaterra, quizá aborde el tren y sin tener rumbo fijo bajé aquí. Todo era muy extraño, continuaba pensado en ese algo que me daba fuerza para continuar pero no podía enfocar que demonios era. En fin, continúe con mi apresurado paso, de repente me encontré en medio de un barrio obrero en las afueras de Londres, estaba muy convulso: el ambiente hablaba tácitamente de odio y molestia, lo que podía ver a mi alrededor me mostraba olvido y desesperanza, como aquellos escenarios de la guerra Napoleónica de principios del siglo XIX...Pero lo interesante del asunto es que Inglaterra no era invadida por la guerra desde que los Escoceses al mando de Wallas probaron su gallardía en las primeras décadas del siglo XII..Aquí no había caballeros revestidos de armaduras, ni divisiones de infantería, ni arcabuceros envueltos en humo de pólvora..aquí había una guerra invisible...aquellos hombres no recibían los ataques de arqueros ni metralleros...sus únicos enemigos, eran los burócratas, los liberales que en nombre de la ilustración llegaron al poder...no habían catapultas que destruyeran los débiles armazones de sus casas...sólo había hambre, desigualdad y pobreza...Así fue como llegue a la Inglaterra de la Revolución industrial.


Pasado unos día decidí buscar empleo, pero todo lo que sabía hacer era oficio de guerra...Es lo único que manejo a la perfección. ¿Será que te busque en la guerra?- En fin, un hombre de estatura baja y de voz muy gruesa, solicitaba personas para trabajar en una fabrica y así probar una nueva maquina de vapor..me acerque a él y me dio el trabajo...era muy extenuante, se trabajaba casi 20 horas, no había descanso y en el largo camino pude ver morir hombres y niños, los cuales caían cansados y hambrientos...la situación me molestaba, a veces pensaba que el famoso progreso no trajo nada nuevo a este mundo...cuando vi a los gladiadores luchar y morir en las arenas del Coliseo note cierta similitud, pues ellos igual que estos, morían por necesidad, morían por algo que los obligaba a desaparecer...Después de eso decidí irme a Francia y buscar un poco más de color...la Britania civilizada y positivista enfermo mi estomago y mi alma.



Una tarde de abril, mientras caminaba a una pequeña habitación donde podía descansar, encontré a un hombre sentado...su rostro me llamo mucho la atención, era robusto, de barba gris hasta el plexo, su voz era muy suave...me senté cerca de él y compre un té por 4 centavos, que era la mitad de mi sueldo diario...Hablaba de un mundo nuevo, comentaba en compañía de otro hombre de vestimentas distinguidas sobre la necesidad de un progreso pero de respeto e igualdad, una frase toco mi atención: “El obrero esta más necesitado de respeto que de pan”, después de escuchar eso me tome la libertad de presentarme y de comentarle lo que estaban viviendo las personas que laboraban en las fabricas, el los llamo: “Proletarios” y desde ese momento yo también lo hice...poco a poco nos hicimos amigos, era un hombre muy brillante...podía viajar de la razón a la abstracción, una especie de universo sublime que yo podía alcanzar en muy contadas oportunidades...viajamos entre la estructura y las super estructura...allí entraste tú, te hiciste un poco más visible que antes, estabas entre las artes, la filosofía, el humanismo, las creencias, la magia y la alquimia.



Ya era el año de 1842...una noche mientras hablaba con él y su amigo, quien financiaba todos sus proyectos, me dijo que era el momento de cambiar el mundo...(dentro de mi reí...y pensé que como él estaba invadido el mundo, hombres grandiosos pero que mientras no empuñaran la espada o posarán su dedo en el gatillo, les seria imposible tan ostentosa empresa)...Pero el hablar con él, recordaba cuando en mis años en Atenas me dejaba embriagar por el griego de Platón y en mis viajes por Mileto podía escuchar los principios de la creación occidental en las palabras de Tales o cuando pude asistir a una conferencia del gran Espinoza en los años de la alta edad media...todos esos recuerdos combinados con las certeras frases de este hombre me llevaban a ti... a seguir perdiéndome en tu desconocida piel...en tu fragancia que me recubría en las noches de angustia...en esa figura invisible que jugaba con la luna mientras yo recobraba el aliento en una suave brisa de verano.

El tiempo fue pasando, como siempre...pero las cosas no cambiaban... este estilo de vida me aburría, debía regresar a la única manera de cambiar el mundo...el llevar el fusil y la palabra en un letal combinación...los intelectuales tienen luchas muy personalistas e individuales, la verdadera guerra nace de las palabras pero se materializa con la sangre, el dolor y la muerte....


Mi amigo murió una tarde de otoño...pero sus palabras estaba vivas en mi, sólo esperaba el momento adecuado para poder llevar todo esto a la realidad del hombre bárbaro, del antropófago de enemigos....Fue así como llego a mi un joven exiliado...tenia fuego en los ojos y la fuerza de mil centauros en su voz, después de conocerlo, decidí ayudarlo en la primera empresa que podría cambiar el mundo, nacidas de la gran mente de mi amigo Carlos Marx...aborde el tren camino a Checoslovaquia, el destino era San Petersburgo ...esa noche sólo pude recordarme que la única razón de todas mis largas aventuras era hacer un mundo mejor para ti...un mundo que podamos compartir juntos..un universo en donde el tiempo desapareciera para que nuestros cuerpos desnudos se acoplarán en encuentro eterno....Pero las cosas no son fáciles, sabia que aún había mucho por recorrer para poder estar a tu lado...corría el año de 1901...el siglo XX estaba aquí..pero tu seguías perdida en el tiempo, viajando entre las plumas del Pegaso de Heracles, entre el fuego del dragón dorado, entre los cantos de las Oceánicas, entre las molestias sublimes de la diosa Hera..entre el fuego eterno del Fénix...contoneando tu figura invisible en la barca de Caronte y durmiendo apaciblemente en el templo de Apolo...estoy seguro que pronto bajaras de aquel mundo fantástico y te harás realidad...lo siento...no hay duda de eso....

2 comentarios:

Manuel Antonio Azancot Carvallo dijo...

La verdad me dejaste en ascuas por saber quien es el personaje que invocas al final del relato, lo leeré con más calma y opino.

jovenes por la cultura dijo...

Gracias Manuel por tomarte el tiempo de revisar estos escritos, espero que puedas opinar